Es una técnica terapéutica que consiste en sumergir el cuerpo en agua a baja temperatura por un tiempo breve y controlado.
Activa el sistema nervioso, mejora la recuperación física y fortalece la respuesta al estrés.
En el ámbito psicológico, ayuda a reducir la ansiedad, mejorar el enfoque y promover un estado de bienestar y equilibrio.
Utilizamos una tina de inmersión, con control automático de temperatura que alcanza hasta los 5 °C.
El sistema mantiene el agua filtrada y sanitizada, garantizando una experiencia segura e higiénica.
Cada sesión es guiada por profesionales y adaptada a tu nivel, para que obtengas los beneficios físicos y mentales de forma segura y gradual.

Reducción del estrés y la ansiedad
El choque térmico activa el sistema nervioso parasimpático, ayudando a calmar la mente y reducir la producción de cortisol (hormona del estrés).
Mejora del estado de ánimo
Estimula la liberación de endorfinas y dopamina, sustancias químicas relacionadas con la sensación de bienestar y felicidad.
Aumento de la resiliencia emocional
Enfrentar voluntariamente una situación incómoda como el agua fría fortalece la capacidad de adaptación ante el estrés y mejora el autocontrol.
Mayor claridad mental y enfoque
La exposición al frío mejora la concentración y activa el estado de alerta, lo cual favorece la atención plena y el rendimiento cognitivo.
Mejor calidad del sueño
Al equilibrar el sistema nervioso y reducir la ansiedad, muchas personas reportan dormir mejor tras sesiones regulares.
Aceleración del metabolismo
La exposición al frío obliga al cuerpo a trabajar más para mantener su temperatura interna, lo que incrementa temporalmente el ritmo metabólico.
Mejor regulación de la glucosa
Algunos estudios sugieren que las inmersiones pueden mejorar la sensibilidad a la insulina, ayudando a regular mejor los niveles de azúcar en sangre.
Reducción de la inflamación
El frío ayuda a disminuir procesos inflamatorios sistémicos, lo cual puede influir positivamente en el metabolismo general y en la prevención de enfermedades crónicas.
Mejora de la circulación sanguínea
La vasoconstricción seguida de una vasodilatación activa tras la inmersión mejora el flujo sanguíneo, oxigenando mejor los tejidos y optimizando procesos metabólicos.
Sí, la inmersión en agua fría es una práctica segura cuando se realiza de forma controlada y bajo supervisión adecuada. En nuestro centro, cada sesión se lleva a cabo con protocolos específicos de seguridad, en un entorno limpio y controlado, y con acompañamiento profesional.
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